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Analisis, Política

¿ Y la educación ?

Según los resultados de agosto del monitoreo mensual sobre Economía, Gobierno y Política que realiza Consulta Mitofsky, la educación aparece en sexto lugar de los diez temas que se evalúan como los principales problemas del país que perciben los mexicanos, con apenas el 1.9%.

Parece entendible que, ante la situación de emergencia nacional que provoca la inseguridad, y la angustia de las familias por la crisis económica y el desempleo, la educación no tenga un lugar tan importante en las preocupaciones cotidianas de la gente, no obstante que es uno de los principales factores que tiene que ver con el atraso económico, la pobreza y la precariedad de nuestras instituciones.

La baja percepción que se registra socialmente de la educación como uno de los principales problemas, contrasta con la magnitud impresionante de los rezagos que caracterizan a nuestro sistema educativo.

La semana pasada, por ejemplo, se dieron a conocer los resultados de la evaluación nacional en centros escolares, comúnmente conocida como prueba ENLACE, aplicada a 14 millones de estudiantes de educación básica y en la cual 9 millones, el 64%, apenas logró ubicarse en los niveles de “insuficiente” y “elemental” en operaciones aritméticas, y sus resultados en lectura y escritura fueron descritos simplemente como “inquietantes” por las autoridades educativas.

 En relación con esos resultados, el Rector de la UNAM expresó con mucha razón: “Algo muy grave está pasando.  La educación de la población apenas supera los 8 años… ¿Quién puede estar satisfecho cuando tenemos 33 millones de mexicanos en situación de rezago educativo?”

 En esta misma tónica fueron las expresiones, hace pocos días, de quien encabeza la organización Mexicanos Primero en la reunión de 300 líderes a la cual asistió el Presidente de la República: solo el 50% de cada generación termina en tiempo y forma la secundaria, solo el 25% la preparatoria y la escolaridad entre los jóvenes es apenas de 8.6 años, de3 a 5 años menos que en otros países.  En horas efectivas nuestros niños asisten a la escuela apenas la mitad del tiempo que los niños de Corea y Finlandia.  Hace 30 años, por cierto, Corea estaba en el penúltimo lugar en educación entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y México en el último lugar; hoy Corea es el número uno y México sigue en el último lugar.  En la más reciente Prueba PISA, el 20% de los alumnos mexicanos más avanzados obtuvieron resultados similares al 24% de los alumnos coreanos de más baja puntuación.

 La calidad de nuestro desarrollo es un espejo de la calidad de nuestra educación.  Así lo demuestran las conclusiones del reporte que acaba de hacer público la OCDE Panorama Educativo 2011.  En este documento se asocia el atraso educativo a la baja productividad de nuestro país y  a la distancia que nos separa de los países más ricos de la OCDE.

 Paradójicamente, México es la nación del organismo citado que más ha invertido en educación durante la última década y que dedica un alto porcentaje de su presupuesto público a este rubro, más del 20%.  Sin embargo, gran parte de la población no aprovecha estos recursos y está desempleada.  Los porcentajes de graduación en la educación superior son los más bajos después de Turquía.  Sólo el 52% de los jóvenes de15 a19 años están matriculados, lo cual nos coloca por debajo de Brasil (75%) y de Chile (82%).  Los niveles de logro académico de los mexicanos en la educación media superior y superior son los más bajos.

 Adicionalmente, México es el tercer país de la OCDE con más jóvenes que no estudian ni trabajan (“ninis”), más de 7 millones de jóvenes, detrás de Turquía e Israel.

 Todos los indicadores demuestran el gran atraso de la educación y la imposibilidad que tendremos para cimentar un futuro diferente del país si no emprendemos un esfuerzo serio para reorientar el sistema educativo.  Son necesarias una política de Estado con una visión de largo plazo y una gran coalición de fuerzas sociales que garantice la implementación de las recomendaciones de los organismos especializados y de las investigaciones más avanzadas en la materia.

Lo más urgente es que el Estado rescate la conducción del sistema educativo y se asegure de integrar un cuerpo de servidores públicos competentes y comprometidos con la transformación de la educación.

 Entre las tareas más importantes siguen estando las relacionadas con la formación de maestros, la evaluación, la mejora de la gestión escolar, la calidad en la enseñanza de la lectoescritura y las matemáticas, la incorporación de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, la enseñanza del inglés, la ampliación de la jornada escolar, la mayor vinculación de la educación con el aparato productivo, el mejoramiento material de las escuelas, y medidas de política social alineadas con el objetivo de mejorar la cobertura y la calidad de la educación.  

 Los mexicanos debemos ser cada vez más concientes de que la educación es la base insustituible para mejorar el desempeño de nuestra economía y abatir la pobreza y la desigualdad, la única vía para consolidar nuestra democracia, renovar las instituciones y   garantizar el respeto a la legalidad, así como la clave para fortalecer nuestra cultura y adentrarnos creativamente en las corrientes universales de la innovación y el desarrollo científico y tecnológico.

                                      http://oscarpimentel.mx/                                   

   

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